Una de las cosas que más llama la atención es que la filacteria que subyace, no concuerda con la que vemos en la capa visible. No parte del mismo sitio, que sería del dedo índice del santo y tampoco tiene los mismos giros. El amplio repintado que padece la superficie de esta obra tampoco deja ver todos los pliegues en los ropajes que porta. O la decoración de la columna que está a la derecha de la figura, que es mucho más rica en detalles en su estadio más original. Además, los cambios en el rostro de la figura son más que evidentes.